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Página 4 del Corán

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مَثَلُهُم كَمَثَلِ الَّذِى استَوقَدَ نارًا فَلَمّا أَضاءَت ما حَولَهُ ذَهَبَ اللَّهُ بِنورِهِم وَتَرَكَهُم فى ظُلُمـٰتٍ لا يُبصِرونَ صُمٌّ بُكمٌ عُمىٌ فَهُم لا يَرجِعونَ أَو كَصَيِّبٍ مِنَ السَّماءِ فيهِ ظُلُمـٰتٌ وَرَعدٌ وَبَرقٌ يَجعَلونَ أَصـٰبِعَهُم فى ءاذانِهِم مِنَ الصَّوٰعِقِ حَذَرَ المَوتِ ۚ وَاللَّهُ مُحيطٌ بِالكـٰفِرينَ يَكادُ البَرقُ يَخطَفُ أَبصـٰرَهُم ۖ كُلَّما أَضاءَ لَهُم مَشَوا فيهِ وَإِذا أَظلَمَ عَلَيهِم قاموا ۚ وَلَو شاءَ اللَّهُ لَذَهَبَ بِسَمعِهِم وَأَبصـٰرِهِم ۚ إِنَّ اللَّهَ عَلىٰ كُلِّ شَىءٍ قَديرٌ يـٰأَيُّهَا النّاسُ اعبُدوا رَبَّكُمُ الَّذى خَلَقَكُم وَالَّذينَ مِن قَبلِكُم لَعَلَّكُم تَتَّقونَ الَّذى جَعَلَ لَكُمُ الأَرضَ فِرٰشًا وَالسَّماءَ بِناءً وَأَنزَلَ مِنَ السَّماءِ ماءً فَأَخرَجَ بِهِ مِنَ الثَّمَرٰتِ رِزقًا لَكُم ۖ فَلا تَجعَلوا لِلَّهِ أَندادًا وَأَنتُم تَعلَمونَ وَإِن كُنتُم فى رَيبٍ مِمّا نَزَّلنا عَلىٰ عَبدِنا فَأتوا بِسورَةٍ مِن مِثلِهِ وَادعوا شُهَداءَكُم مِن دونِ اللَّهِ إِن كُنتُم صـٰدِقينَ فَإِن لَم تَفعَلوا وَلَن تَفعَلوا فَاتَّقُوا النّارَ الَّتى وَقودُهَا النّاسُ وَالحِجارَةُ ۖ أُعِدَّت لِلكـٰفِرينَ

Semejan a quien enciende un fuego. Pero cuando éste alumbra lo que hay en torno a él, Dios les arrebata su luz y les deja en tinieblas, sin que puedan ver. (17) Son sordos, mudos, ciegos y no rectificarán su error. (18) También semejan a quienes, en medio de una tormenta, con un cielo lleno de nubes oscuras, de truenos y relámpagos, se tapan los oídos con sus dedos por el estruendo del rayo al caer, temiendo la muerte. Dios acorrala a los que no creen. (19) El rayo casi les ciega. Cuando les ilumina, caminan, pero cuando se apaga, se detienen. Si Dios quisiera les arrebataría el oído y la vista. Verdaderamente, Dios tiene poder sobre todas las cosas. (20) ¡Oh humanos! ¡Adorad a vuestro Señor, el Cual os ha creado, tanto a vosotros como a los que os precedieron! ¡Quizás así tengáis temor de disgustarle! (21) Él es Quien ha dispuesto para vosotros la Tierra como un lecho y el cielo como una bóveda. Quien hace descender agua del cielo, por medio de la cual surgen los frutos con los que os suministra vuestra provisión. Así pues, no atribuyáis semejantes a Dios, a sabiendas de lo que hacéis. (22) Y si dudáis de lo que hicimos descender del cielo para Nuestro siervo, aportad vosotros un capítulo semejante e invocad a vuestros testigos aparte de Dios, si es que sois sinceros. (23) Y si no lo hacéis, que no lo haréis, temed el fuego del infierno cuyo combustible son las gentes y las piedras y que está preparado para los que ocultan la verdad. (24)

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