فِى الدُّنيا وَالـٔاخِرَةِ ۗ وَيَسـَٔلونَكَ عَنِ اليَتـٰمىٰ ۖ قُل إِصلاحٌ لَهُم خَيرٌ ۖ وَإِن تُخالِطوهُم فَإِخوٰنُكُم ۚ وَاللَّهُ يَعلَمُ المُفسِدَ مِنَ المُصلِحِ ۚ وَلَو شاءَ اللَّهُ لَأَعنَتَكُم ۚ إِنَّ اللَّهَ عَزيزٌ حَكيمٌ
وَلا تَنكِحُوا المُشرِكـٰتِ حَتّىٰ يُؤمِنَّ ۚ وَلَأَمَةٌ مُؤمِنَةٌ خَيرٌ مِن مُشرِكَةٍ وَلَو أَعجَبَتكُم ۗ وَلا تُنكِحُوا المُشرِكينَ حَتّىٰ يُؤمِنوا ۚ وَلَعَبدٌ مُؤمِنٌ خَيرٌ مِن مُشرِكٍ وَلَو أَعجَبَكُم ۗ أُولـٰئِكَ يَدعونَ إِلَى النّارِ ۖ وَاللَّهُ يَدعوا إِلَى الجَنَّةِ وَالمَغفِرَةِ بِإِذنِهِ ۖ وَيُبَيِّنُ ءايـٰتِهِ لِلنّاسِ لَعَلَّهُم يَتَذَكَّرونَ
وَيَسـَٔلونَكَ عَنِ المَحيضِ ۖ قُل هُوَ أَذًى فَاعتَزِلُوا النِّساءَ فِى المَحيضِ ۖ وَلا تَقرَبوهُنَّ حَتّىٰ يَطهُرنَ ۖ فَإِذا تَطَهَّرنَ فَأتوهُنَّ مِن حَيثُ أَمَرَكُمُ اللَّهُ ۚ إِنَّ اللَّهَ يُحِبُّ التَّوّٰبينَ وَيُحِبُّ المُتَطَهِّرينَ
نِساؤُكُم حَرثٌ لَكُم فَأتوا حَرثَكُم أَنّىٰ شِئتُم ۖ وَقَدِّموا لِأَنفُسِكُم ۚ وَاتَّقُوا اللَّهَ وَاعلَموا أَنَّكُم مُلـٰقوهُ ۗ وَبَشِّرِ المُؤمِنينَ
وَلا تَجعَلُوا اللَّهَ عُرضَةً لِأَيمـٰنِكُم أَن تَبَرّوا وَتَتَّقوا وَتُصلِحوا بَينَ النّاسِ ۗ وَاللَّهُ سَميعٌ عَليمٌ
sobre esta vida y sobre la otra. Te preguntan sobre los huérfanos. Di: «Mejorar su vida está bien. Y, si mezcláis [vuestros bienes] con los de ellos, [tratadles] como hermanos vuestros.» Dios distingue al corruptor del reformador. Si Dios hubiera querido os lo habría puesto difícil. Dios es, ciertamente, poderoso, sabio. (220)
Y no os caséis con las idólatras hasta que crean. Una esclava creyente es mejor que una mujer libre idólatra, aunque ésta os guste más. Y no caséis [a vuestras mujeres] con los idólatras hasta que éstos crean. Un esclavo creyente es mejor que un hombre libre idólatra, aunque éste os guste más. Esos invitan al Fuego y Dios invita al Jardín y al perdón, si Él quiere. Y aclara Sus señales a la gente. ¡Quizás así se dejen amonestar! (221)
Te preguntan sobre la menstruación. Di: «Es molesta e impura. Absteneos, pues, de las mujeres durante la menstruación y no os acerquéis a ellas hasta que se hayan purificado. Y, una vez que estén purificadas, id a ellas tal como Dios os ha ordenado.» En verdad, Dios ama a quienes se vuelven a Él arrepentidos y ama a los que se purifican. (222)
Vuestras mujeres son un campo de labranza para vosotros. Id, pues, a vuestro campo como deseéis. Y enviad algo por delante para vosotros mismos. Temed desagradar a Dios y sabed que os encontraréis con Él. ¡Y anuncia buenas nuevas a los creyentes! (223)
Y no pongáis a Dios por testigo en vuestros juramentos, de manera que os impida practicar la bondad. Y sed temerosos de Dios y haced el bien entre la gente. Dios todo lo oye, todo lo sabe. (224)