أُحِلَّ لَكُم لَيلَةَ الصِّيامِ الرَّفَثُ إِلىٰ نِسائِكُم ۚ هُنَّ لِباسٌ لَكُم وَأَنتُم لِباسٌ لَهُنَّ ۗ عَلِمَ اللَّهُ أَنَّكُم كُنتُم تَختانونَ أَنفُسَكُم فَتابَ عَلَيكُم وَعَفا عَنكُم ۖ فَالـٔـٰنَ بـٰشِروهُنَّ وَابتَغوا ما كَتَبَ اللَّهُ لَكُم ۚ وَكُلوا وَاشرَبوا حَتّىٰ يَتَبَيَّنَ لَكُمُ الخَيطُ الأَبيَضُ مِنَ الخَيطِ الأَسوَدِ مِنَ الفَجرِ ۖ ثُمَّ أَتِمُّوا الصِّيامَ إِلَى الَّيلِ ۚ وَلا تُبـٰشِروهُنَّ وَأَنتُم عـٰكِفونَ فِى المَسـٰجِدِ ۗ تِلكَ حُدودُ اللَّهِ فَلا تَقرَبوها ۗ كَذٰلِكَ يُبَيِّنُ اللَّهُ ءايـٰتِهِ لِلنّاسِ لَعَلَّهُم يَتَّقونَ
وَلا تَأكُلوا أَموٰلَكُم بَينَكُم بِالبـٰطِلِ وَتُدلوا بِها إِلَى الحُكّامِ لِتَأكُلوا فَريقًا مِن أَموٰلِ النّاسِ بِالإِثمِ وَأَنتُم تَعلَمونَ
۞ يَسـَٔلونَكَ عَنِ الأَهِلَّةِ ۖ قُل هِىَ مَوٰقيتُ لِلنّاسِ وَالحَجِّ ۗ وَلَيسَ البِرُّ بِأَن تَأتُوا البُيوتَ مِن ظُهورِها وَلـٰكِنَّ البِرَّ مَنِ اتَّقىٰ ۗ وَأتُوا البُيوتَ مِن أَبوٰبِها ۚ وَاتَّقُوا اللَّهَ لَعَلَّكُم تُفلِحونَ
وَقـٰتِلوا فى سَبيلِ اللَّهِ الَّذينَ يُقـٰتِلونَكُم وَلا تَعتَدوا ۚ إِنَّ اللَّهَ لا يُحِبُّ المُعتَدينَ
Durante las noches del mes del ayuno, es lícito para vosotros la unión con vuestras mujeres. Ellas son una vestidura para vosotros y vosotros sois una vestidura para ellas. Dios supo que os traicionabais a vosotros mismos, así que os perdonó y os excusó. Así pues, ahora, yaced con ellas y buscad lo que Dios ha decretado para vosotros. Y comed y bebed hasta que podáis distinguir la línea blanca de la línea negra al amanecer. Después, completad el ayuno hasta la noche. Y no tengáis relación sexual con ellas mientras estéis de retiro en las mezquitas. Esos son los límites de Dios, así pues, no os acerquéis a ellos. De esta manera aclara Dios sus indicaciones a las gentes. Quizás así sean temerosos. (187)
Y no os comáis vuestras riquezas unos a otros de forma ilícita ni ofrezcáis de ellas a los jueces para comeros parte de las riquezas de la gente injustamente y a sabiendas de lo que hacéis. (188)
Te preguntarán sobre las fases crecientes de la Luna. Di: «Sirven a la gente para computar el tiempo y para determinar la fecha de la peregrinación.» La virtud no consiste en que entréis en las casas por la parte trasera, sino en que tengáis temor de desagradar a Dios. ¡Entrad en las casas por sus puertas y temed disgustar a Dios! Quizás así tengáis éxito. (189)
Y combatid en la senda de Dios contra aquellos que os combatan, pero no seáis agresores. Ciertamente, Dios no ama a los agresores. (190)