إِنَّ فى خَلقِ السَّمـٰوٰتِ وَالأَرضِ وَاختِلـٰفِ الَّيلِ وَالنَّهارِ وَالفُلكِ الَّتى تَجرى فِى البَحرِ بِما يَنفَعُ النّاسَ وَما أَنزَلَ اللَّهُ مِنَ السَّماءِ مِن ماءٍ فَأَحيا بِهِ الأَرضَ بَعدَ مَوتِها وَبَثَّ فيها مِن كُلِّ دابَّةٍ وَتَصريفِ الرِّيـٰحِ وَالسَّحابِ المُسَخَّرِ بَينَ السَّماءِ وَالأَرضِ لَـٔايـٰتٍ لِقَومٍ يَعقِلونَ
وَمِنَ النّاسِ مَن يَتَّخِذُ مِن دونِ اللَّهِ أَندادًا يُحِبّونَهُم كَحُبِّ اللَّهِ ۖ وَالَّذينَ ءامَنوا أَشَدُّ حُبًّا لِلَّهِ ۗ وَلَو يَرَى الَّذينَ ظَلَموا إِذ يَرَونَ العَذابَ أَنَّ القُوَّةَ لِلَّهِ جَميعًا وَأَنَّ اللَّهَ شَديدُ العَذابِ
إِذ تَبَرَّأَ الَّذينَ اتُّبِعوا مِنَ الَّذينَ اتَّبَعوا وَرَأَوُا العَذابَ وَتَقَطَّعَت بِهِمُ الأَسبابُ
وَقالَ الَّذينَ اتَّبَعوا لَو أَنَّ لَنا كَرَّةً فَنَتَبَرَّأَ مِنهُم كَما تَبَرَّءوا مِنّا ۗ كَذٰلِكَ يُريهِمُ اللَّهُ أَعمـٰلَهُم حَسَرٰتٍ عَلَيهِم ۖ وَما هُم بِخـٰرِجينَ مِنَ النّارِ
يـٰأَيُّهَا النّاسُ كُلوا مِمّا فِى الأَرضِ حَلـٰلًا طَيِّبًا وَلا تَتَّبِعوا خُطُوٰتِ الشَّيطـٰنِ ۚ إِنَّهُ لَكُم عَدُوٌّ مُبينٌ
إِنَّما يَأمُرُكُم بِالسّوءِ وَالفَحشاءِ وَأَن تَقولوا عَلَى اللَّهِ ما لا تَعلَمونَ
En la Creación de los cielos y de la Tierra y en la diferencia entre la noche y el día, en la nave que surca el mar con lo que beneficia a la gente, en el agua que hizo descender Dios de los cielos con la cual vivifica la tierra tras haber estado muerta, diseminando por ella todo tipo de animales; en la variación de los vientos y en las nubes situadas entre el cielo y la Tierra, hay, ciertamente, señales para la gente que razona. (164)
Y entre la gente, hay quienes toman a otros, aparte de Dios, y les aman como sólo se ama a Dios. Pero los creyentes a quien más aman es a Dios. Cuando los opresores vean el castigo de Dios, comprenderán que la fuerza pertenece a Dios y que Dios es duro en el castigo. (165)
Cuando los que fueron seguidos repudien a quienes les seguían y vean el castigo y se corten los lazos que les unían, (166)
aquellos que les seguían dirán: «Si tuviéramos otra oportunidad, les repudiaríamos igual que ellos nos han repudiado a nosotros.» Así les hará ver Dios sus obras, para su propia desgracia. Y nunca saldrán del Fuego. (167)
¡Oh gentes! ¡Comed de lo lícito y bueno que hay en la Tierra y no sigáis los pasos de Satanás. En verdad, él es para vosotros un enemigo declarado. (168)
En verdad, os ordena el mal y la indecencia y que digáis de Dios lo que no sabéis. (169)