وَلا تَقولوا لِمَن يُقتَلُ فى سَبيلِ اللَّهِ أَموٰتٌ ۚ بَل أَحياءٌ وَلـٰكِن لا تَشعُرونَ
وَلَنَبلُوَنَّكُم بِشَىءٍ مِنَ الخَوفِ وَالجوعِ وَنَقصٍ مِنَ الأَموٰلِ وَالأَنفُسِ وَالثَّمَرٰتِ ۗ وَبَشِّرِ الصّـٰبِرينَ
الَّذينَ إِذا أَصـٰبَتهُم مُصيبَةٌ قالوا إِنّا لِلَّهِ وَإِنّا إِلَيهِ رٰجِعونَ
أُولـٰئِكَ عَلَيهِم صَلَوٰتٌ مِن رَبِّهِم وَرَحمَةٌ ۖ وَأُولـٰئِكَ هُمُ المُهتَدونَ
۞ إِنَّ الصَّفا وَالمَروَةَ مِن شَعائِرِ اللَّهِ ۖ فَمَن حَجَّ البَيتَ أَوِ اعتَمَرَ فَلا جُناحَ عَلَيهِ أَن يَطَّوَّفَ بِهِما ۚ وَمَن تَطَوَّعَ خَيرًا فَإِنَّ اللَّهَ شاكِرٌ عَليمٌ
إِنَّ الَّذينَ يَكتُمونَ ما أَنزَلنا مِنَ البَيِّنـٰتِ وَالهُدىٰ مِن بَعدِ ما بَيَّنّـٰهُ لِلنّاسِ فِى الكِتـٰبِ ۙ أُولـٰئِكَ يَلعَنُهُمُ اللَّهُ وَيَلعَنُهُمُ اللّـٰعِنونَ
إِلَّا الَّذينَ تابوا وَأَصلَحوا وَبَيَّنوا فَأُولـٰئِكَ أَتوبُ عَلَيهِم ۚ وَأَنَا التَّوّابُ الرَّحيمُ
إِنَّ الَّذينَ كَفَروا وَماتوا وَهُم كُفّارٌ أُولـٰئِكَ عَلَيهِم لَعنَةُ اللَّهِ وَالمَلـٰئِكَةِ وَالنّاسِ أَجمَعينَ
خـٰلِدينَ فيها ۖ لا يُخَفَّفُ عَنهُمُ العَذابُ وَلا هُم يُنظَرونَ
وَإِلـٰهُكُم إِلـٰهٌ وٰحِدٌ ۖ لا إِلـٰهَ إِلّا هُوَ الرَّحمـٰنُ الرَّحيمُ
Y no digáis de quienes fueron matados en la senda de Dios que están muertos, pues están vivos, aunque vosotros no os deis cuenta. (154)
En verdad, os pondremos a prueba con algo de temor, de hambre, de merma de riquezas, vidas y frutos. Pero ¡Da la buena nueva a los que sean pacientes! (155)
Aquellos que, cuando les aflige una desgracia, dicen: «¡En verdad, pertenecemos a Dios y, en verdad, a Él retornamos!» (156)
Ellos son los que obtienen las bendiciones y la misericordia de su Señor y ellos son los bien guiados. (157)
Ciertamente, algunos de los ritos de Dios son en Safa y Marwa. Por tanto, quién peregrine a la Casa de Dios o la visite, no comete pecado yendo de una a otra. Y quien haga el bien voluntariamente, sepa que, ciertamente, Dios es agradecido, sabio. (158)
A quienes ocultan las pruebas claras y la guía que hicimos descender, después de haberlas explicado claramente a la gente en la Escritura [Sagrada], Dios les maldice y les maldicen los hombres. (159)
Pero a aquellos que se arrepientan y rectifiquen y manifiesten claramente la Verdad, a esos Yo los perdonaré. Yo soy el Perdonador, el Misericordiosísimo con los creyentes. (160)
En verdad, aquellos que no crean y mueran sin creer, incurrirán en la maldición de Dios, de los ángeles y de las gentes todas. (161)
Maldecidos eternamente, no se les aliviará el castigo y no se les dará respiro. (162)
Vuestro Dios es un Dios Único. No hay más Dios que Él, el Clementísimo con toda la Creación, el Misericordiosísimo con los creyentes. (163)